En el caso de una explotación agraria, que quiere reducir sus propios residuos orgánicos y vendiéndolos, o aplicándolos en el campo,  pretende reducir el número de hectáreas necesarias a declarar, los trámites son relativamente sencillos y la inversión no es grande. 

En este caso es necesario construir una solera de hormigón suficiente para poder colocar el residuo a compostar, tener una balsa de lixiviados, que esté todo vallado y tramitar la licencia de centro de “autocompostaje” en el Departamento correspondiente de su Comunidad Autónoma, y acto seguido puede comprar una volteadora de compost.